jueves, 22 de abril de 2010

Neoimpresionismo



El neoimpresionismo también es conocido con el nombre de divisionismo y puntillismo. En realidad se trata de un impresionismo radical, en cierta manera disidente, que lleva a las últimas consecuencias las teorías científicas sobre el color y la luz de Michel Eugène Chevreul. Sin embargo, sus cuadros se diferencian netamente del impresionismo clásico. Vuelve a cobrar importancia el dibujo, que se había abandonado a favor de las manchas de color. Las figuras se hacen geométricas. No se mezclan los colores ni en la paleta ni en el cuadro, sino que se aplican unos junto a otros con pinceladas muy cortas: puntos. Sólo usan los colores primarios y el ojo debe hacer la mezcla. El impresionismo se hace consciente de su técnica. Además, estaba siendo aceptado como un nuevo academicismo. Exponen en el Salón de los Independientes, rechazados por la exposición oficial.

Los puntillistas vuelven al estudio, ya que sus cuadros requieren una larga elaboración, en ocasiones muy compleja, que no se puede hace en un momento. La obra resultante suele pecar de rigidez y artificialidad. Los temas continúan siendo los típicos del impresionismo, incluso se hace más hincapié en el tiempo de ocio burgués. Como la técnica no permite la espontaneidad, el divisionismo lo practicaron pocos pintores, aunque muchos se interesaron por él.

Surge, en cierto grado, como reacción contra el impresionismo. Los impresionistas habían formulado los principios que les servían de base, pero sin una sujeción firme a los mismos, cosa que si harán los neoimpresionistas. Sin embargo, se oponen al impresionismo por su interés por el volumen y la ordenación meditada del cuadro.
Signac fue el teórico del movimiento y su representante más riguroso. En 1899 publicó un libro titulado "De Eugène Delacroix al Neoimpresionismo" a partir del cual surgió un gran número de seguidores.
El neoimpresionismo tuvo una vida corta (1884 a 1891) ya que las obras requerían una paciente elaboración.

Las características principales del neoimpresionismo son:

- Preocupación por el volumen.
- Formas concebidas dentro de una geometría de masas puras, bien definidas (pero sin perfiles).
- Preocupación por el orden y la claridad.
- Retorno a la ordenación meditada del cuadro, aplicando los principios clásicos de la composición.
- Aplicación firme del principio de la mezcla optica: los tonos son divididos o descompuestos en los colores básicos puros para que el ojo los restituya en la visión lejana normal.
- Utilización de la técnica del puntillismo: los cuadros son pintados mediante pequeñas pinceladas o punteados de colores puros para así lograr la mezcla optica.
- Predilección por asuntos como puertos, orillas de rios y escenas circenses (Signac).

Las influencias del neoimpresionismo son las mismas que los impresionistas pero con mayor peso de las teorías ópticas de Chevreul sobre el contraste simultáneo de los colores.

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